domingo, 5 de agosto de 2007

EN EL METRO DE MADRID

Dos cubanos jóvenes, mulatos y altos. Hacen que hablan entre ellos, pero por el tono de voz y de como miran a una joven, que mordisquea un bocadillo a su lado, es evidente que se dirigen a ella. De todas maneras esta hace como si no escuchase el diálogo.
El mulato más alto, de casi dos metros asegura que son muy bellas las mujeres españolas.
La verdad es que la madre patria hizo mucho por nosotros dándonos estos genes.
Ella se gira y asegura cortante:
Yo no soy española. El mulato no se inquieta
—¿Sueca? Ella sonrie y vuelve a girarse
—¿Tu crees que soy sueca?
—¿Por qué no?. Yo soy chino. Responde con su mejor sonrisa. Ella no puede evitar una risa contenida intentando mantener su dignidad.
—¿Quizás eres francesa? Vuelve a atacar él.
Ella está vencida, su sonrisa es franca. Ya no vuelve a darles la espalda. Envuelve y guarda el resto del bocadillo. Se abren las puertas del metro y ella se despide con un arevoir. Ellos parecen dudar sobre si seguirla o no, pero se quedan y vuelven a hablar entre ellos. Esta vez con un tono de voz más bajo.

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