jueves, 29 de noviembre de 2007

ENTRE LOS LIBROS

Es una librería de segunda mano. Todo en orden. Amontonados por editoriales, por temas. De tanto en tanto una torre de libros que guardan un impecable equilibrio. Muchos de los libros están envueltos en plástico alimentario. Al final está la propietaria, mayor, de una edad indefinida, energica, con el pelo totalmente blanco, con unas caderas generosas. Envuelve un libro mientras habla al señor que tiene delante.
-Estoy de una mala ostia.
Al principio solo se dirige al hombre, pero poco a poco va aumentando el volumen de voz.
-Había un cliente con un billete de 50 euros, y no tenía cambio. He salido a pedir cambio a la de la farmacia y cuando he entrado he visto a uno que salía.
Su voz es pausada, deletreando cada palabra, cada sílaba.
-Se ha llevado el último de la Isabel Allende. Viene aquí y luego debe hacer la ronda. Ya debe tener cincuenta y tantos. Pero lo tengo fichado.
Suena como aviso a navegantes.
- La próxima vez que entre le cierro la puerta y le doy tres bofetadas como nadie se las ha dado.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

LAS ONCE DE LA MAÑANA DE UN DIA LABORABLE

Son las once de la mañana de un día laborable. Paso por delante de un neojardin del eixample: una explanada con césped y algunos árboles raquíticos rodeados de las paredes medianeras que abrazaban a un edificio que ha sido demolido. Una anciana está en la puerta acabando de comer algo envuelto en un papel marrón. Me saluda, le respondo moviendo los labios y sigo caminando. Ella sigue hablándome. Me giro. Su apariencia es normal, lleva un anorak de tres cuartos marrón y un pequeño bolso. No lleva revistas Atalaya ni parece que venda nada. Quizás esté pidiendo una limosna pero algo en su expresión lo descarta. Me acerco a ella, habla claro pero con un tono de voz apenas audible para mi. Me fijo en sus párpados pintarrajeados, como manchas sin precisión. Sigue hablándome y es entonces cuando entiendo una de las frases: ...te dejo correr en la boca...

martes, 20 de noviembre de 2007

PERROS OBEDIENTES

No sé como se llama ni a que se dedica pero siempre está rondando, a cualquier hora del día, los bares de mi barrio tomando un café. Debe rondar los sesenta y tantos. Ojos de sapos, encías que han retrocedido mostrando unos dientes separados y prominentes y un pelo que solo se circunscribe a los parietales y a la nuca. Va siempre bien vestido, con traje, camisa y corbata. Y aguja dorada para la corbata. No le he visto repetir traje, claro que tampoco me fijo tanto en los trajes de los sesentones calvos. Lo que desde el primer día me llamó la atención es que va acompañado de dos setters negros a los que se dirige en alemán; alemán digno de un sargento de las SS. Les grita con acento de Hamburgo (vamos, digo yo) que se sienten, que esperen o que hagan el pino. Supongo que esto último lo pronuncia mal ya que no lo hacen. Y mientras ellos esperan aburridos, él habla con los camareros o con el propietario (no menos aburridos).

lunes, 19 de noviembre de 2007

TIEMPOS INMEMORIALES

Aparenta unos treinta y pocos pero vaya usted a saber. Lleva dos empastes de oro en los dientes delanteros y una gorra roja donde aparte de una marca comercial, casi diluida, se ha escrito en rotulador: Sin ti nada. Ha subido en Dos de Mayo, una aldea sin puerto, y lleva mangos maduros a Iquitos (tres mangos 25 céntimos de euro). Tambien lleva cotorras. Es una de las cosas buenas que ha hecho alan garcía, ha dado libertad para comerciar con loros. ¿Libertad? Sí, puedes coger los loros y venderlos, a los americanos les gustan mucho y los pagan bien. La gente se dedica a cazarlos y a venderlos. ¿Y no acabarán desapareciendo? No, no se acabaran nunca. Están ahí reproduciendose desde tiempos inmemoriales.

domingo, 18 de noviembre de 2007

BOTÁNICA PERSONAL

Es bajita y tiene los ojos, las tetas y los dientes saltones. La primera impresión es que es alguien muy normal, en su acepción gris. Sin embargo cuando uno habla con ella te das cuenta que sus pensamientos, su cabeza, es una selva tropical: rica, exuberante, variada, llenas de matices y como todas las selvas llena de peligros propios y extraños. Su pareja por el contrario es un prado suizo, lo que no es peyorativo, en los prados suizos puedes encontrar orquídeas. Y tranquilidad. Quizás demasiada tranquilidad. ¿Cómo se pueden compaginar esos dos mundos botánicos? Pues no lo sé. Supongo que con intranquilidad desde el cantón suizo y con periódicas impaciencias desde lo alto de la cúpula del bosque. ¡Es tan raro esto de las parejas!

sábado, 17 de noviembre de 2007

DE TERRA ENDINS DE MAR ENLLÀ

Abdel es delgado y tímido. No es lo que se dice guapo pero su sonrisa y sus ojos le hacen atractivo. Como su nombre indica no es originario de Suecia, y eso lo lleva mal. Es de los que se consideran discriminados simplemente porque alguien dice que hace calor, como si le acusase a él de traer el calor. Tener la sensibilidad tan a flor de piel y que esta sea más oscura que la de los que le rodean no ayuda a ser feliz.

jueves, 15 de noviembre de 2007

SABIDURIA Y CONOCIMIENTO

Subimos todos en el kilómetro 25 en el autobús que va desde Puerto Pañuelo a Bariloche. Este ya estaba lleno cuando ellos llegaron, cada uno por su lado. Se pusieron detrás mío, a unos dos asientos de distancia. Al cabo de pocos kilómetros ya se habían presentado. Uno era argentino que estaba con su familia y venían de pasar el día fuera. Los otros eran españoles, dos parejas. El que llevaba básicamente la conversacion era el pater familia argentino, unos casi 50 años, pelo canoso y largo, y un abdomen de gemelos en el noveno mes de gestación. Trabajaba para Pescanova. El otro interlocutor era un español, sobre los cuarenta, pelo corto sin canas y, aunque seguramente hace años estaría compacto, ahora aparentaba ser fofo. Al inicio de la conversación quien hablaba más era el argentino que era quien recomendaba a los turistas que lugares podían ver, que sitios eran preferibles y que comidas o compras eran más típicas. El español hacía una pregunta de vez en cuando.
Sobre el kilómetro 18 el español empezó a hablar más, a comentar que en España la sanidad era muy buena, que los fármacos eran gratuitos, que las infraestructuras magníficas y que la justicia funcionaba porque habían detenido a no sé cuantos alcaldes y concejales por la corrupción urbanística.
Sobre el kilómetro 13 comparaba la economía argentina con la española, la educación, sanidad y sistemas de transporte, llegando a la conclusión de que la segunda era sin comparacion mucho mejor. El argentino reconocía, con humildad, todo ello desconocedor seguramente de que el país del que hablaba el otro no existía.
Sobre el kilómetro 7 el español afirmaba que Franco nos había colocado en la posición octava de las potencias industriales y que había permitido pasar a una democracia y que las autonomías estaban desmembrando España. El argentino no decía mucho, pero yo empezaba a pensar que igual debían pedir un examen cerebral cuando te dan el pasaporte. Ya entrando en Bariloche el español estaba lanzado y prácticamente era un monólogo sobre macroeconomía, politica industrial y energética de la comunidad europea, la pesca intensiva en el atlántico sur o como debían conservar los bosques los argentinos. Me fui hacia la puerta de salida donde estaban ellos. Pedí permiso en inglés para que me dejaran pasar.

sábado, 10 de noviembre de 2007

PERDUTS EN LA INMENSA MAR BLAVA

La pareja deben tener los 60 y muchos. Se conservan bien: altos, compactos, saludables, inseguros, vestidos con cuidado aunque la ropa sigue pareciendo de domingo. No debe faltarles el dinero pero en la cara, aún en los gestos tienen el sello de una vida de postguerra. Me paran en la calle y me muestran algo que acercan a mi cara.
-Perdone, ¿sabe dónde está este hotel?
Miro la tarjeta. Es una tarjeta de color crema donde pone un par de frases firmadas supuestamente por el Dalai Lama que habla de la importancia del descanso. Abajo pone las siglas del hotel y Barcelona. Ninguna dirección, ningún teléfono. Giro la tarjeta. No hay nada más.
-Hemos salido del hotel y ahora no lo encontramos.
-No lo conozco.
-Hemos dado una vuelta. Por la calle se iba hasta la plaza España.
Señalo el hotel que esta detrás de nosotros, pero no, no coincide con las iniciales.
-¿Han estado en él?
-Si, es de tres estrellas.
-¿Es grande? ¿Cuantos pisos tiene?
-Si, es grande- dice ella.
-Al lado hay un concesionario Opel.
-No, lo siento, no sé donde puede estar.
-Hemos salido a dar una vuelta y no puede estar muy lejos.

jueves, 8 de noviembre de 2007

EN EL AMAZONAS

-Mister, ¿de que país es usted?
-De España.
-Ah. Yo tuve un patrón español.
-¿Y fue bien?
-Sí. Muy bien. El Dr. Font García.
-¿De dónde era?
-No lo sé. La barca que tenía se llamaba santa maría. Yo era el motorista. Manejo lanchas motoras.
Ah!
-Dijo que volvería pero no ha vuelto.
-¿El español?
-Sí. El Dr. Font García.
-¿Hace mucho?
-Hace tres años
-Igual ya no vuelve
-No. Volverá. Dejó la cocina y muchas cosas
-Igual se ha muerto
-No. Dijo que volvería. Le voy a dar mi teléfono por si usted me necesita, 35...
-No, no me acordaré. Además estoy de paso y no creo que vuelva.
-De todas maneras apúntelo por si acaso. Yo vivo en Las Lomas y mi madre...
-De acuerdo, deme el teléfono.
-351627. Me llamo Sydney, como la capital australiana. Y García Gomez. ¿y usted?
-Hilario. Hilario García.
-Tenemos el mismo apellido. Igual somos familia.
-Quien sabe.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

PERSONAJE AMAZONICO

Durán tiene 43 años y se tiñe el pelo, él lo reconoce. Me anima a teñirme las canas también, parecería más joven, asegura. Lleva la camiseta arremangada en el torso, como mucha gente, parece muy cutre pero la verdad es que refresca bastante. Le faltan los premolares y algunas muelas, por eso si simplemente sonríe su dentadura parece buena, pero cuando ríe y abre completamente la boca, bueno, hay trabajo para un par de dentistas. Ha subido con una muchacha de la que he pensado que era su hija. No, es una amiga. La ha conocido hace poco y la ha acompañado al barco, a hacer unas ventas. Él es de lima pero se ha separado de su mujer y esta buscando trabajo por aquí, le gustaría montar un billar. Tiene un primo, al que le han operado de la vejiga más de 30 veces, que tiene un cafetal. El año pasado le dieron el grano de oro en Francia al mejor café. Su primo le ha dicho que si lleva una mosquitera, unas botas y el equipo necesario le da trabajo. Pero él no tiene los 60 soles (15 euros) que le hacen falta para ello. Le ha pedido un adelanto, pero el primo, que no tiene nada de primo, le ha dicho que no tiene plata. Pienso que esto igual es un ardid para pedirme dinero, pero no lo hace, ni siquiera lo insinua. La conversación deriva a sus dudas sobre si su primo puede tener relaciones con su esposa por lo de la vejiga, nunca se lo ha preguntado. Yo tampoco estoy al corriente de la vida sexual de su primo. De todas maneras él tiene mucha fe en Houston, donde hacen casi milagros. No quiero barrer para casa, pero la Puigvert...

domingo, 4 de noviembre de 2007

LA METAMORFOSIS DE NOVIO A MARIDO

Cuando empezaron a salir el novio era un joven, artista, intelectual y apasionado. Con el paso de los años se convirtió en un esposo de mediana edad aburrido y aburriente. ¿Alguien puede explicar la metamorfosis? (lo de joven no hace falta). No solo no leía nada si no que se quedaba hasta tarde en el jardín, de noche, fumando mientras ella le esperaba y esperaba en la cama y entre tanto su cabeza y sus dedos iban a otros lugares.
Sé que es una historia repetida hasta la saciedad: la inercia, el tedio y la rutina se puede difuminar esperando a que llegue un milagro (que los hijos se hagan mayores, que toque la lotería, que aparezca un príncipe/princesa azul...).
A veces ocurren los milagros. Sin necesidad del Vaticano. Apareció otro (no era príncipe, quizás no llegaba ni a duque), y ella aprendió, entre otras agradables descubrimientos: que le gustaba viajar; que estaba viva; que aún tenía ilusiones y proyectos personales y laborables; y que era multiorgasmica (al principio que guay, para los dos; al final él se ponía a leer mientras ella arriba, cabalgando, le pedía que, por favor, un poco más de interés y él respondía que cuando llegase a los 500 que bajara).
Un día, el que no llegaba a duque, se fue. Pero ella al menos se quedó con todos los nuevos aprendizajes (no está claro cual de los descubrimientos le hizo más feliz).
Eso no se los quitará nadie nunca.
Creo.