jueves, 15 de noviembre de 2007

SABIDURIA Y CONOCIMIENTO

Subimos todos en el kilómetro 25 en el autobús que va desde Puerto Pañuelo a Bariloche. Este ya estaba lleno cuando ellos llegaron, cada uno por su lado. Se pusieron detrás mío, a unos dos asientos de distancia. Al cabo de pocos kilómetros ya se habían presentado. Uno era argentino que estaba con su familia y venían de pasar el día fuera. Los otros eran españoles, dos parejas. El que llevaba básicamente la conversacion era el pater familia argentino, unos casi 50 años, pelo canoso y largo, y un abdomen de gemelos en el noveno mes de gestación. Trabajaba para Pescanova. El otro interlocutor era un español, sobre los cuarenta, pelo corto sin canas y, aunque seguramente hace años estaría compacto, ahora aparentaba ser fofo. Al inicio de la conversación quien hablaba más era el argentino que era quien recomendaba a los turistas que lugares podían ver, que sitios eran preferibles y que comidas o compras eran más típicas. El español hacía una pregunta de vez en cuando.
Sobre el kilómetro 18 el español empezó a hablar más, a comentar que en España la sanidad era muy buena, que los fármacos eran gratuitos, que las infraestructuras magníficas y que la justicia funcionaba porque habían detenido a no sé cuantos alcaldes y concejales por la corrupción urbanística.
Sobre el kilómetro 13 comparaba la economía argentina con la española, la educación, sanidad y sistemas de transporte, llegando a la conclusión de que la segunda era sin comparacion mucho mejor. El argentino reconocía, con humildad, todo ello desconocedor seguramente de que el país del que hablaba el otro no existía.
Sobre el kilómetro 7 el español afirmaba que Franco nos había colocado en la posición octava de las potencias industriales y que había permitido pasar a una democracia y que las autonomías estaban desmembrando España. El argentino no decía mucho, pero yo empezaba a pensar que igual debían pedir un examen cerebral cuando te dan el pasaporte. Ya entrando en Bariloche el español estaba lanzado y prácticamente era un monólogo sobre macroeconomía, politica industrial y energética de la comunidad europea, la pesca intensiva en el atlántico sur o como debían conservar los bosques los argentinos. Me fui hacia la puerta de salida donde estaban ellos. Pedí permiso en inglés para que me dejaran pasar.

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