martes, 26 de agosto de 2008

SIN TARJETA DE METRO

En el metro de Liceo un hombre de unos treinta y muchos habla a través del móvil.
Lleva el pelo muy corto y tiene suficientes canas como para no intentar contárselas. Viste un polo de color marrón claro y unos mocasines con pinta de caros.
-Que no mamá, que no tengo dinero. Y se me ha acabado la tarjeta del metro... Que se me ha acabado... Que no, que voy a casa... y me das dinero... que no tengo.

lunes, 25 de agosto de 2008

EN UN PARQUE INFANTIL

Dos niños y una niña que parecen hermanos hablan entre ellos en algo parecido al ruso o al polaco. Deben tener entre los 8 y los 11 años de la mayor. En el suelo juegan dos niños rubios más pequeños que hablan en castellano. Están haciendo en la arena un agujero que van rellenando de agua. Uno de ellos les dice a los primeros que están sentados en una repisa que se aparten, que no pueden hacer el agujero más grande si están allí.
Los niños se apartan.
Uno de los niños rubios pregunta al otro:
-¿Hablas inglés?
-Si, claro, por eso les he dicho chao.
-La niña grande se acerca a ellos, les muestra una lupa de plástico amarilla.
-¿Es de vosotros? Me lo he encontrado ahí.
El que sabe inglés le responde que sí y se queda la lupa mirándola al derecho y al revés.
La niña grande le dice en un castellano perfecto aunque con eses demasiado apagadas:
-Si no es tuya devuélvemela, la he encontrado yo.
El niño sigue mirando la lupa y se acaba de dar cuenta para que sirve. No le contesta entretenido como está en alejar y acercarla a la arena.
La niña con mucha educación y con un dominio del idioma admirable insiste.
-Creo que me la habrías de devolver, si no es tuya soy yo quien la ha encontrado.
El niño sigue absorto, es como si no la oyese, pero de repente, inesperadamente, responde:
-Sí, es mía.
La niña hace como que no se lo cree pero que no vale la pena discutir y se va junto con sus dos hermanos.

martes, 5 de agosto de 2008

COMPRANDO UN BILLETE

En la estación de Renfe de Sants hay mucha gente esperando en las taquillas de venta anticipada. El número de la lista indica una espera de una hora aproximada.
Una mujer bajita y relativamente joven lleva una camiseta roja con dos palabras amarillas una encima de la otra: ESTAMOS APAÑADOS.
Las dos primeras letras de la primera palabra ES y PAÑA de la segunda están remarcadas.
Tiene el pelo rizado y teñido de rubio recogido en una cola hacia arriba.
La mujer se acerca a una de las taquillas cuando se aparta un comprador.
-Perdone ¿Me puede atender? -dice con un ligero acento caribeño -Es que tengo la tensión baja y no puedo esperar más tiempo.
El de la taquilla pone cara de no comprender. La mujer insiste.
-Es que tengo la tensión muy baja y me estoy mareando.
El de la taquilla dice que no, que lo siente, aunque no parece por la cara que pone que lo sienta mucho.
La mujer insiste levemente pero ya tiene a un hombre detrás suyo que enarbola el siguiente número.

lunes, 4 de agosto de 2008

CREENCIAS ANCESTRALES

Solo tiene unos pocos años menos que yo, pero justamente por eso siempre pensaré que es muy joven. Es esposa y madre de una joven veinteañera. Viajamos muchos kilómetros en coche y la fatiga facilita que hables sin pensar mucho con quien lo haces. Sale el tema de las chicas que se tienen relaciones sexuales con chicos que acaban de conocer. Asegura que no cree que eso se de muy a menudo, que vaya con el mundo si fuera o fuese así... Tengo la sensación de que esta conversación la he tenido hace 100 años con mi bisabuela. No sé que decir. No me cae mal y por eso no le pregunto si cree que su hija se conserva virgen para el matrimonio.
¿En qué mundo cree que vive?
¿En qué mundo vivo?

viernes, 1 de agosto de 2008

COSAS DE PAREJAS

A, digamos Agustí, es pareja de B, digamos Bea. Viven juntos desde hace un tiempo y aunque la rutina se ha instalado en casa no se puede decir que no se quieran.
Estos a su vez son muy amigos de C, Carles y D, Dolors. Otra pareja con las cual salen, sobre todo porque no tienen hijos, para ir al cine o a cenar.
A estuvo liado en la facultad, ha llovido hace mucho desde entonces, con D. Es más, duda que ella se acuerde del par de ocasiones en que se refocilaron en los excesos postfestivos de algún encuentro. Aún se acuerda de ella, vamos, que aún le pone.
B está muy enamorada de A pero nota que lo está perdiendo, así que lo único que se le ocurre es agobiarlo con sus resquemores y con suspicacias. La historia de siempre.
C se ha ido dejando atrapar con su relación con D y aunque le está bien lo cierto es que le gustaría dejar pasar el aire entre ellos.
D está muy enamorada de C y efectivamente apenas recuerda su relación con A.
A mueve ficha y rompe con B. Esta está desolada.
C mueve ficha y le tira los tejos a B. El tejado entero. Ella acepta su hombro de consuelo pero no quiere el resto del cuerpo.
A intenta un acercamiento a D. Esta no le corresponde. Sigue muy enamorada de su pareja y la ruptura de la otra pareja le hace estar preocupada y atenta.
B sucumbe a C. La carne es débil.
B, en una tarde de reproches, le cuenta a A que se ha liado con C.
A, molesto, no sabe muy bien por qué, le cuenta a D lo que sabe de B y C por teléfono.
D no hace ningún comentario a A.
Mucho tiempo después A sigue sin entender por qué B, C y D no le llaman nunca.