viernes, 28 de septiembre de 2007

LA COMUNICACIÓN ENTRE ESPECIES

A pesar de llamarse Paco nació y se crió en Francia. Sus padres emigraron para, lo que llamaban, matar el hambre. Es bajito de ojos saltones y bufón sin menoscabo de su ser. Sonríe sin necesidad de sonreír. Cuando era pequeño vivía en un barrio de los suburbios, de lo que él consideraba la chusma: españoles, portugueses, pied noirs, magrebies y subsaharianos. Ahora habla de la chusma con un tono ambivalente, él tambien lo era cuando era pequeño. Que te llamasen francés era un insulto, solo conocían a borrachos y a la policía que se metía en su barrio con esa nacionalidad. Tienen 44 años. Su cuñado Jean Marie, debe tener una edad similar, tiene la apariencia y la corpulencia de un jugador de rugby aunque sus ojos encierran una mirada tierna que tranquiliza. Sara y Rebeca son de California y como sus nombres y su apariencia indican parecen que son religiosas. Lo son. Rebecas es pelirroja translúcida (aunque eso no significa que vea más allá de la lucidez). Es tan transparente que uno piensa que a contraluz seguramente se le ve el píloro y las glándulas suprarrenales, suponiendo que existan esas cosas. Tiene veintipocos y es geóloga. Sara debe tener su misma edad aunque con pinta de maestra de la Casa de la Pradera. Pelo corto y la sonrisa de las monjas que no lo son. Dice que tiene novio y que es biólogo. Me alegro. Ella da clases en una unversidad cristiana. Hace más cosas, pero se mueve en la mas profunda ambivalencia para evitar concretar sus convicciones. Me pregunta por la situación de la iglesia en España y yo le contesto que estamos a punto de empalar y degollar a todos los obispos y cardenales y a reconvertir en museos y bibliotecas las iglesias. Pero no, no le digo eso, le contesto que solo el 18% de los españoles cumple los preceptos de la iglesia, que ella saque las conclusiones. Ellas hacen el camino por motivos religiosos y espirituales. Rebeca para olvidar las cosas erróneas que le han inculcado y aprender buenas. Casi na. Cuando hablamos del integrismo americano Sara, para que compruebe su amplitud de miras, dice que Rebeca que es geóloga cree en la evolucion. Diosss.Cenamos, coincidimos todos y hago las presentaciones. Jean Pierre le comenta a Rebeca que el tambien conoce las piedras , que cada una tiene una energia diferente y le toma de las muñecas y le pide que cierre los ojos y que sienta la energia, ella hace algo de trampa y los entrecierra nerviosa sin saber si chillar y sacarse las manos de encima o dejarse llevar. Sara no lo tiene mejor. Paco me ha pedido permiso para explicarle el humor francés, yo le he animado, convencido de la comunicacion entre especies. Este le propone una apuesta: a que es capaz de tocarle las tetas sin tocarle el sujetador. Sara es incapaz de entender ni le entenderá jamás y no solo por ese castellano con acento francés. Paco no desiste y utiliza todos los adjetivos que recuerda: teta, seno, pecho y señala con unos dedos, que peligrosamente parecen cangrejos, la presa codiciada. Yo no miro a Sara por no ponerme a reír o a llorar. Al final desiste y le cuenta el secreto, Si decía que si, le tocaba el pecho y pagaba la apuesta. Había conseguido tocársela. Sara y Rebeca, que se ha desprendido de las manos de Jean Pierre, siguen con un punto de alucine la explicación. Al acabar la cena las americanas van delante, con un paso rápido cada vez se alejan más. Se van sin despedirse. Paco cierra los ojos y ladea al cabeza. No entienden el humor francés, justifica.

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