sábado, 22 de septiembre de 2007

EN LIMA

Sube al microbús un hombre con abundante pelo canoso, aunque no parece muy mayor. Saca un pequeño libro cuya portada lleva tres dibujos de personajes. No los veo bien desde estoy sentado pero el de abajo de todo es un cura. Empieza a hablar, si no fuese porque hablamos los dos en español pensaría que es un misionero. Habla con el mismo tono monocorde y utiliza el dedo que le sobra para señalar indistintamente al librito que tiene o al cielo. Han extraido de los libros frases de pensadores, filósofos, dramaturgos, científicos, lo mejor del pensamiento mundial. Como decía Sócrates padre de la filosofía que él solo sabia que no sabia nada, y así va siguiendo el discurso sobre si lo importante no es si se es analfabeto, que lo son más quienes a lo mejor han tenido instrucción pero no lo han desarrollado, y que en este libro, y cita a Luther Martin King, a Plantón, a J. F. Kennedy... se encuentra la condensación del pensamiento universal. Va recitando frases algunas conocidas otras no, unas sabias, a otras quizás no llego. Después de unas cuantas dice que por el módico precio de un Sol, se puede obtener tan preciada y necesaria obra. Y que por si fuera poco añadirá un calendario del 2007. Una ganga. En el microbus va subiendo y bajando gente. Negocian el precio. El que hace de cobrador reclama dinero a uno que lleva viajando más tiempo de la cuenta. Una señora con dos hijos preadolescentes se queja y se baja porque le cobran muchísimo. Le pedian dos soles.

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