lunes, 24 de septiembre de 2007

EN JAMARAQUÁ

Guido tiene 42 años y me acompaña a hacer un recorrido por la selva. No es un trayecto largo pero se lo ha tomado como si fuera un entrenamiento para ingresar en el cuerpo de marines. Durante casi tres horas me lleva a mal traer a trote cochinero a través de la misma. Como si nos persiguiera el vietcong. Será por los seis hijos que tiene o por el tute que da a los turistas desprevenidos pero se le ve fibroso y ágil. Habla poco pero lo que dice va a misa.
Camina silbando, de vez en cuando un pájaro le responde. Señala las copas de los árboles y dice nombres que me suenan a vic vaporus, a veces ni siquiera a eso, sé que debe ser un pájaro pero apenas lo vislumbro. Es como si en Barcelona me señalaran el cielo y me mostraran un avión y me dijeran: "Es un airbus 420" pues eso, que me lo creo.
Me va dando a comer frutos que ve. Lo huele todo. Me va diciendo los nombres de las plantas, de los árboles, de sus propiedades... A veces las apunto en una libreta (y descanso). A veces no. Recoge una fruta del suelo abierta. Parece mordida por los monos. La huele, la mordisquea, es bo, es su conclusión. Y me la da. La huelo. Peores cosas habré olido. Él me hace un gesto para que me la coma. Le doy un mordisco convencido que las bacterias que no matan engordan. Está bueno digo, él sigue caminando y la tiro disimuladamente. Me da un trozo de raíz aérea, huele entre mentolado y vainilla. Le pregunto si la puedo chupar y me dice que no, que es para hacer gomas y correas. Recoge otra fruta que yo hubiera jurado que no lo era. La corta con el machete que es un apéndice de su brazo. Por dentro tiene pinta de sesos medio podridos. Me da una para que la pruebe. De perdidos al río, además mientras tanto no corremos. La verdad es que está buena. Me dice que no aún no está del todo madura, que cuando está madura está más buena.
Me muestra otro fruto del suelo, le parte la cáscara y me lo da. Guajabi, se llama. No tiene mal aspecto, ¿Lo puedo comer? le pregunto mientras me lo llevo a la boca. No, me dice. No se come.
Decididamente todo está mal etiquetado.

No hay comentarios: