domingo, 9 de diciembre de 2007

A PUNTO DE SALIR DE ARGENTINA

Tomo un remi que me llevará al aeropuerto, vuelvo a coincidir con Toni el torito. Es de Simoca. Es el conductor del remi aunque no el propietario. No para de hablar, y cantar: Cuando sale la luna en Simoca todo el brillo te ha de consolar. Dice Mamita continuamente como coletilla. Me cuenta como es la fiesta de Suky, allá en Simoca, allí la comida tiene sabor, no como acá. Y me habla de los tamales, de las humitas, los aloja, de lo bueno que está todo y que en Buenos Aires no se sabe comer; de la 413 una caña de azúcar que es la más dulce; de la fiesta del 24 de septiembre, la virgen de la Mercedes... Me ofrece comprar un auto o dos y que él se encargará de conducir, podemos vivir de esto, me asegura. Ahora que me voy y que me cuesta desprenderme de la rutina del viaje, me sabe mal romper un negocio que promete ser tan lucrativo, le digo, que vale, que de acuerdo, que porque no, me despido de él con un sincero apretón de manos.

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