sábado, 25 de octubre de 2008

POR QUÉ LAS RATAS NO PUEDEN IR EN BICICLETA

Daniel tiene 17 años, una familia, una novia y una rata. De esas blancas, pequeñas, con ojos rojos y rabo largo. El futuro de esta ratita era alimentar a una serpiente. Daniel que es un joven sensible se apiado y la compró.  La ratita blanca y Daniel se hicieron inseparables y él la llevaba consigo por ejemplo entre su camiseta y su cuerpo. Un día mientras iba en bicicleta con su novia y con la ratita en su bolsillo hubo un pequeño accidente. La novia de Daniel frenó por un semáforo en rojo y Daniel también pero se cayó. El resultado, por culpa de la desidia de los políticos de no prever sistemas seguros para las ratitas, fue que esta se rompió dos tibias y dos peronés. El veterinario dudó entre operar o no, es muy joven aseveró con prudencia, pero al final y después de una noche de vigilancia intensiva, unas cuantas placas metálicas y 300 euros, de los ahorros del joven, la ratita de ojos rojos y rabo largo corretea alegremente por el piso de la familia de Daniel

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