domingo, 15 de febrero de 2015

EN LA CONSULTA

Entro en el despacho con El mar de John Banville en la mano. Él, sentado examina el libro sin disimulo mientras me siento.
-Un libro de evasión -sentencia.
-Bueno, -me justifico- John Banville es un autor muy reconocido. No diría que es de evasión.
-Yo juego en otra división: San Juan de la Cruz, Santa Teresa...
-Ya veo.
Abre el ordenador donde están los datos de mi ficha y los resultados del TAC. Lo mira un segundo y se dirige a mi. Coge un papel y un lápiz.
-Tengo un problema. Un gran problema.
Trago saliva. Pensaba que era una prueba rutinaria.
-Se latín,- y dibuja una línea en el papel-  pero no sé griego. - Hace una cruz a continuación- Ni hebreo. -Otra cruz-. Y eso es un gran problema. Tengo que fiarme de las traducciones.
Respiro solo un poco más relajado, ¿será una estrategia nueva para poder afrontar las noticias graves?
-¿Has estado en Israel?
-No.
-Es muy recomendable. Un viaje cada 5 o 6 años, que es cuando está estabilizada la zona y no hay un conflicto. Todo está como cuando los cruzados. -Arruga el papel anterior y coge otro. Dibuja la silueta de Israel y va señalando lugares mientras habla. -Acre, Masala... lo tienen tal cual.-  Mira el monitor, lo gira para que lo vea. Mi nombre está arriba y hay un montón de casillas con datos que no entiendo.
Pone cara de preocupado.
Yo también.
-¿Te das cuenta?-me dice.
-No, la verdad. -Trago más saliva. Intento ver algún dato en rojo, más grande, algo que indique los meses o, glups, días, que me quedan.
-Alguien ha vuelto a tocar el ordenador. Las letras son muy grandes. No puedo acceder al fichero que debería estar aquí- y señala con la mano 20 cm en paralelo al ordenador y fuera de la pantalla.

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