Voy al bar a desayunar. En la barra hay un tipo de unos 45 años con chándal de marca que habla a un grupo de oidores: un anciano con el equipo completo: gorra con visera y anorak puesto, audífonos y bastón que utiliza para golpear suavemente y a manera de saludo a los que pasan por su lado; camarera colombiana de unos treinta y bastantes que sustituye a otra argentina desde hace dos semanas; un tipo en la cuarentena que o se tiñe el pelo o se conserva mal.
El del chándal da un discurso en voz en alto, tan alto que voy sin audífonos y lo oigo perfectamente. Yo diría que le está echando las redes a la camarera.Su discurso con voz de tenor es:
-La culpa es de estos ecologistas, que exageran y por eso están quitando pantanos y luego pasan estas tragedias (referido a la DANA de Valencia).
-El gobierno no dejan que vayan los militares porque odian al ejército.
-Dicen que hay 200 muertos cuando hay miles de desaparecidos....
Tengo delante de mi los tres diarios por leer y dudo entre:
1) Decirle que es un gilipollas. Me sentiría muy a gusto pero seguramente no se lo tomaría a bien y la liaríamos, eso sin contar que me subiría la tensión.
2) Que lo que dice es muy discutible. Eso llevaría a argumentos y contraargumentos y nos darían las 10 y las 11 y las 12...
3) Leer los diarios, ir al gimnasio e ir después a ver si se han levantado las niñas.
El tipo se despide, le pide a la camarera que le traiga una Cattaleya, la orquídea más bonita del mundo (sic) solo por esta afirmación debería levantarme y partirle la cara. Pero tiene 20 años menos que yo y por su skyline este tipo va al gimnasio.
La camarera le dice que está en peligro de extinción y él le dice que se puede comprar en Bogotá.
Al final se va en un coche que tiene aparcado enfrente del bar con un logotipo que no conozco, cosa nada extraña, desde esta distancia hubiera reconocido si era un hippurite radiolitidae o requenidae pero las marcas de los coches no entran en este rango
Voy a leer la prensa que el día se acorta.